Estados Unidos: el Síndrome post-aborto ya alcanza el 91% de los casos

La actriz británica Emma Beck con 30 años de edad, abortó, luego se ahorcó, aliviándose al dejar a sus parientes una patética carta: “La vida es un infierno para mí, yo nunca debería haber abortado, habría sido una buena madre. Quiero estar con mi bebé, necesita de mí, más que nadie”. Las diversas investigaciones han concluido que el aborto voluntario produce secuelas en el cerebro. Los especialistas atinan cada vez más con las secuelas psicopatológicas originadas por el aborto. Así se refleja en las monografías exhibidas en la mesa redonda; “Embarazo, su interrupción y salud mental”, durante el último Congreso de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica. Por otra parte resaltan, especialmente alarmantes, las noticias de la tasa de defunciones por suicidio que se alzan, en el caso de adolescentes que resolvieron abortar, a cerca de 35 por cada 100.000, proporción tres veces mayor a la de las mujeres en edad reproductiva que no abortaron, según una investigación divulgada en Finlandia y que analiza un periodo de seis años. SolidaridadyMediosCharlotte Dawson, una importante actriz australiana, se suicidó la semana pasada. Había reconocido sufrir una profunda depresión por haber abortado a su bebé 15 años antes.  El Síndrome Post-aborto toma su nombre del Síndrome Post-Vietnam, porque fue en los años de esa terrible guerra cuando se legalizó el aborto el EE.UU. 

  • Journal of Child Psychiatry and Psychology y financiado por el gobierno de Nueva Zelanda determinó que el 42% de las mujeres bajo seguimiento que abortaron antes de los 25 años sufrían de depresión; esta cifra es el doble de las que nunca estuvieron embarazadas, y 35% mayor que quienes decidieron seguir con su embarazo. El mismo estudio estableció que aquellas que abortaron eran dos veces más propensas a beber alcohol a niveles peligrosos que aquellas que no lo hicieron, y tres veces más propensas a depender de drogas ilícitas. En 2011, The British Journal of Psychiatry publicó un estudio de P. K. Coleman en el que se concluye que el aborto aumenta el riesgo de padecer problemas mentales en las mujeres que lo practican. Someterse a un aborto incrementa en un 155 por ciento el riesgo de suicidio en las mujeres.
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